Os conmino a adentraros en este poemario silenciosamente, sin sobresaltaros por sus voces, que son susurros bajo el halo de la luz del atardecer; ni impaciencia en considerarlo, pues guarda imprecisos espacios por donde asomarse y contemplar la dicha, la esperanza o la ternura. Tampoco os evadáis de sus acertijos que cuanto es nombrado existió, pudo existir o tiene en mente el autor que sea seguro que acontezca. Sed bienvenidos a este libro. Luis Trébol