El origen del castillo de Mesones de Isuela

Año 2023. Un inquieto mesonero cruza las puertas de una vieja fortaleza medieval. Siguiendo los pasos de Bernardo, el ficticio guía de la novela “El Castillo de Mesones. Un camino hacia el interior”, nuestro visitante se pierde “por los recovecos del castillo, anotando marcas y grafitos, reconociendo escudos y símbolos, contemplando arcos y ventanas, estudiando ménsulas y dovelas, nervios y canes, muros y almenas, peldaños y dinteles…”. No es la primera vez que sube a la fortaleza con ese afán por buscar, por encontrar, por resolver un enigma que lleva seis siglos encriptado en los sillares del Castillo de Mesones.
Pero ¿qué busca Lucio en Mesones? No los restos del castillo, pues pocos castillos hay que conserven tan bien sus monumentales estructuras. Lo que él busca es lo que Mesones ha perdido: su historia.
Una historia, no obstante, que niegan un sin fin de guías, estudiosos, académicos, artículos, carteles y folletos, tachándola de novelesca. Contra ese extendido y tradicional rechazo a cambiar lo que siempre se ha dicho y repetido, Lucio esgrime nuevos documentos, cientos de fotos y una idea: el Castillo de Mesones es obra de los antiguos templarios.
Eloy Morera Gracia